Fecha Publicación: 31/05/2024 11:36:39 am
El reciente informe del Global Business Complexity Index (GBCI), elaborado por TMF Group, arroja luces sobre el panorama empresarial mundial, destacando el progreso de Perú en términos de atractivo para la inversión y la realización de negocios.
En concreto, el país escaló hasta el noveno lugar en el ranking global, mostrando una mejora respecto a su posición en años anteriores; sin embargo, aún se ubica entre los 10 países más complejos en el mundo para hacer negocios.
Con relación a los últimos estudios de la firma, este avance es notorio al compararlo con el 2022 y 2023, períodos en los que Perú ocupó los puestos 3 y 7 respectivamente.
A pesar de este progreso, el país se mantiene entre los 10 primeros en complejidad a nivel global y se posiciona en el cuarto lugar en Sudamérica, detrás de Colombia, Bolivia y Brasil (ver gráfico).
Geraldo Arosemena, director general de TMF Group para Perú y Bolivia, señaló a Gestión que esta leve mejora puede atribuirse a que, pese a que la inestabilidad política persiste, hubieron periodos de relativa calma que han permitido a los inversionistas operar con un poco más de previsibilidad.
Asimismo, no se puede soslayar la situación de otros países como Colombia y Bolivia, que han visto su clima empresarial sacudido por diversos factores políticos y cuya estabilidad es similar a la del Perú, lo que ha generado que crezca el grado de complejidad.
“Esta mejora era esperada, aunque con cautela. Nuestras proyecciones indicaban que las iniciativas para mejorar la competitividad y la gestión económica del país podrían empezar a mostrar resultados. Sin embargo, no anticipábamos la magnitud exacta de esta mejora debido a las variables políticas y económicas que aún presentan desafíos significativos”, remarcó el directivo.
Los frenos de la inversión
El informe identifica diversos factores que contribuyen a la complejidad del entorno empresarial peruano. La persistente inestabilidad política y los difíciles procesos de concesión son señalados como obstáculos clave para las empresas internacionales que buscan establecerse en el país. Esto se ve agravado por la situación política, que ha sido incierta desde 2016, donde se han registrado considerables quejas públicas, motivadas por la desconfianza en los líderes políticos, la desigualdad económica y la polarización extrema, según indicó el informe.
Además, la complejidad normativa, especialmente en materia de legislación laboral, los cambios frecuentes en las leyes y los procesos burocráticos de licitación, también dificultan el clima de inversión.
Otro factor que afecta la confianza de los inversores es la escasez de talento para las empresas, debido a la falta de inversión en educación. En concreto, el índice GBCI de TMF Group expone que, aunque hay núcleos de mano de obra cualificada, no es homogénea en todo el país.
“Gran parte de la inversión que se hace en educación debe estar orientada a la capacitación y formación de talento alineado a las necesidades del mercado laboral, además de una manera descentralizada, señaló Arosemena.