Fecha Publicación: 02/01/2023 09:58:14 am
Hemos probado con creces y crisis que la economía y la política no van por cuerdas separadas. Empecemos por evitar que se repita la historia reciente.
Hace 25 semanas llegué a Gestión y ha sido un medio año tremendamente incierto para el país. Transformo lo escrito aquí, en 25 semanas decolumnas,en un wishlist inverso, de lo que espero y ruego que no se repita en el Perú en este 2023 (y, acaso si es posible, en los próximos años):
1.La designación como autoridades de incapaces y corruptos allegados a un presidente o al partido que lo llevó al poder, en un copamiento que congela y debilita instituciones claves para la inversión.
2. El estancamiento de la inversión privada en un 0% de avance anual, como señal de la paralizacióndelasdecisionesy los proyectos empresariales, que dan empleo formal y digno a los ciudadanos.
3. La extensión de un discursoamañadoenelquelaempresa y la prensa son los enemigos del progreso social, y los culpablesdeladesigualdadhistórica y las ineficiencias del gobierno de turno.
4. La amenaza a la empresa con una agenda laboral draconiana que no se conversa, que busca la estabilidad absoluta del trabajador y es contraproducente para la lucha contra la informalidad.
5. El populismo legislativo, sin análisis de impacto económicoyregulatorio,queafectaa sectores empresariales, y se traslada a consumidores y ciudadanos a los que sus autores dicen proteger.
6.Un mef que solo garantice lo indispensable, ceda a algunos populismos y plantee un discurso en pro de la inversión
privada que ignora un entorno que hace imposible la confianza empresarial.
7.La irresponsabilidad fiscal de medidas paternalistas devoluciones de Fonavi o bonificaciones injustificadas a los docentes—, más en un contexto demagro crecimiento y baja recaudación.
8. El azuzamiento de las autoridades contra actividades fundamentales para la economía, como la minería, con anuncios criminalizadores y sin base técnica que afectan su estabilidadad jurídica.
9.La asignaciónde us$2,250 millones para salvar una empresa estatal presuntamente estratégica, tras un faenón de corrupción,como un golpe bajo a las necesidades más básicas de los peruanos.
10. La diversificación de las inversiones hacia el extranjero, como respuesta al deterioro del entorno de negocios, al debilitamiento institucional y a regulaciones marcadas con un sesgo.